Hace pocos meses, el ministerio Cristo para Todas las Naciones (CfaN) fue sacudido porque su fundador, el evangelista Reinhard Bonnke, fue llamado a la presencia del Señor. Todas las miradas convergieron sobre Daniel Kolenda, su discípulo y continuador de la obra, elegido por el mismo Bonnke varios años atrás, en un traspaso de “mando” muy previsor.
Kolenda estuvo en Buenos Aires ya hace un año, antes de la pandemia, en un evento organizado por la iglesia Rey de Reyes, liderada por el Pr Freidzon. Rhema retorna sus publicaciones presentando esta nota con el evangelista.

Daniel, con su esposa Rebekah y sus hijos, Elijah, Gloria, London, Lydia y Benjamin viven en  Orlando, EE. UU.
Es el presidente y director general de Cristo para Todas las Naciones, un ministerio que ha realizado algunos de los mayores eventos evangelísticos de la historia, ha publicado más de 190 millones de libros en 104 idiomas, y tiene oficinas en 10 naciones alrededor del mundo.
——————

¿Cuándo supo por primera vez que estaba llamado al ministerio?
Soy la quinta generación de hijos de pastor por parte de padre. Me crié en la iglesia y estuve inmerso en el mundo ministerial toda mi vida. Cuando era solo un muchacho de diecisiete años supe que un día sería misionero en África, al menos eso era lo que yo entendía. No tenía ni idea de cómo eso sucedería realmente y nunca soñé que tendría el privilegio de guiar literalmente a millones de personas a Cristo en todo el mundo, y especialmente en África, donde hemos visto más de 79 millones de decisiones por Cristo documentadas desde 1987.

¿Cómo ha ido esta transición, donde usted lidera Cristo paraTodas las Naciones?
Realmente, he estado liderando públicamente Cristo para Todas las Naciones por más de diez años, desde 2009.
La transición en nuestro ministerio ha sido un modelo de lo que creo que Dios quiere hacer en esta siguiente generación. Históricamente, la Iglesia Evan-gélica no ha manejado bien las transiciones. A menudo, grandes líderes construían ministerios mundiales, pero no entregaban la batuta y, cuando mueren, sus ministerios se vienen abajo. Dios le dio sabiduría al evangelista Bonnke para hacer las cosas de modo diferente.
Hace muchos años atrás, en lo más alto de su ministerio, él invirtió en mi vida y me llevó a su lado como un coevangelista. Ministramos juntos en África y en todo el mundo, y en 2009 él me entregó públicamente la batuta del liderazgo. Al inicio me preguntaba cómo podría funcionar una transición así. El evangelista Bonnke era una leyenda viva que había construido uno de los ministerios evangelísticos más fructíferos en la historia. Yo era muy joven y relativamente inexperto. En una entrevista en Sudáfrica, un reportero me preguntó: “¿Cómo tiene intención de llevar los zapatos de un hombre como Reinhard Bonnke?”. Sentí que el Espíritu Santo me dio la respuesta. Contesté: “No lo haré. Solamente planeo llevar mis propios zapatos”. Sabía que si llevaba puestos los zapatos que Dios me ha dado, en obediencia a su llamado habría gracia suficiente para mí, y esa ha sido la historia de esta transición.
La gracia de Dios nos ha cubierto en cada paso del camino. En las campañas, que es la parte más visible del ministerio, los resultados han sido abrumadores. Millones de salvaciones, incontables milagros, sanidades, señales y maravillas. Y así continúa. Ahora estamos entrando en lo que Dios me mostró que será una Década de doble cosecha en la que creo que en los próximos diez años veremos lo que tomó los últimos treinta años combinados, llevando el número de decisiones documentadas hasta más de 150 millones. ¡Lo mejor está aún por llegar!

¿Cuáles son algunas de las lecciones más importantes que aprendió de mentores en la fe sobre la guerra espiritual?
Una vez en la nación africana de Gabón llegaron brujos a una de nuestras campañas evangelísticas para maldecir al evangelista Bonnke. Querían hacer que lloviera para que no pudieran realizarse nuestras reuniones, pero no pudieron hacerlo. A la mañana siguiente cuando el evangelista Bonnke se despertó para orar, corrió las cortinas y vio una escena asombrosa. Los brujos, todos ellos completamente desnudos, habían estado marchando alrededor de su hotel durante la noche para intentar maldecirlo. Abrió la ventana y los llamó: “—Hola, lo siento por ustedes. ¡Trabajaron muy duro toda la noche y yo dormí muy bien!”. Creo que una de las lecciones más importantes que aprendí personalmente del evangelista Reinhard Bonnke es que nuestro enfoque debería estar en la grandeza de Dios y no en el poder del diablo. La guerra espiritual que está preocupada por lo que está haciendo el diablo, pronto se desvía y se aleja de lo bíblico. Smith Wigglesworth dijo una vez: “Si tenemos a un Dios grande, tendremos a un diablo pequeño; y si tenemos a un diablo grande, tendremos a un dios pequeño”.

Desde su perspectiva, ¿cuáles son las ideas equivocadas más comunes que creen los cristianos sobre la guerra espiritual?
Creo que el principal error que cometen la mayoría de los creyentes es pensar en la guerra espiritual principalmente como algo que sucede “ahí fuera”. Esa perspectiva es demasiado cómoda, pues nos permite culpar al diablo de nuestros propios problemas, y también nos permite pelear batallas espirituales de maneras que parecen impresionantes por fuera, pero tienen realmente muy poco poder. Es sabido que Aleksandr Solzhenitsyn dijo: “La línea que divide el bien y el mal atraviesa el corazón de cada ser humano”. La mayoría de las batallas espirituales importantes que peleamos están entre nuestros oídos. Es ahí donde necesitamos ser victoriosos primero y ante todo.
¿Ha tenido alguna vez algún encuentro con ángeles o demonios?
Nunca he visto ángeles o demonios en lo natural (al menos no conscientemente), pero he tenido muchos encuentros dramáticos con espíritus demoníacos. En Aplastarás dragones [su libro] relato algunas de esas historias, incluyendo historias de liberación. También enseño a los lectores, mediante esas historias y la Biblia, cómo pueden ellos también echar fuera demonios. La mayor parte de mi ministerio evangelístico se lleva a cabo donde nuestro ministerio, Cristo para Todas las Naciones, realiza campañas evangelísticas masivas. A menudo estamos en regiones donde la brujería y el animismo siguen siendo sistemas de creencia dominantes. En esos lugares, con frecuencia me he encontrado cara a cara con brujos y ocultistas que me aborrecen porque cuando nuestras campañas evangelísticas llegan a la ciudad, ellos se quedan sin negocio. En una ciudad, el brujo local tenía piedras grandes en su casa que supuestamente tenían poderes mágicos. La gente le pagaba para estar de pie sobre esas piedras y oír lo que ellos creían que eran las voces de sus ancestros muertos. Pero después de nuestra campaña evangelística este brujo estaba enojado con nosotros, ¡porque sus piedras ya no “hablaban”!
En otra ciudad, una bruja muy conocida en la región asistió a una de nuestras reuniones. Era famosa porque se decía que sus maldiciones tenían la capacidad de matar a sus víctimas. Yo no sabía eso en aquel momento, pero después los pastores locales me dieron los detalles. Un pastor dijo que él sabía personalmente de una decena de personas que habían muerto después de estar bajo sus maldiciones. Como podrá imaginar, la gente estaba aterrada de ella y de sus artes oscuras.
Ella acudió al servicio aquella noche no para oír el evangelio, sino para lanzarme una maldición a mí, el evangelista, y para matarme allí mismo en la plataforma. Yo ni siquiera sabía que ella estaba en la reunión. Yo estaba predicando a Jesús como siempre hago. Ella estaba de pie en el lado derecho de la plataforma, delante de una de las dos torres inmensas que sostienen nuestros altavoces en línea. Había llevado con ella algunos amuletos extraños para realizar sus actos. Mientras yo predicaba, ella comenzó a conjurar cierta maldición para lanzar contra mí. De repente, soltó un grito espeluznante y se desplomó en el suelo. Allí se quedó, retorciéndose como una serpiente y echando espuma por la boca. Yo la ignoré. Con una multitud de medio millón de personas o más, no iba a detenerme para dirigirme a un demonio. (…) Yo seguí predicando. Pero tenemos un equipo entrenado para tratar tales situaciones. Ellos llevaron a la mujer detrás de la plataforma hasta una carpa que habíamos levantado para ministrar liberación.
El equipo de liberación echó los demonios de ella, y ella recuperó la cordura y recibió a Jesús como su Salvador. Entonces la llevaron hasta la plataforma, y ella compartió su historia conmigo y con la inmensa multitud que miraba. La gente dio un grito ahogado al verla, sabiendo muy bien quién era ella. Incluso los pastores locales en la plataforma parecían incómodos. Ella me dijo que había ido allí para matarme. (…) Entonces me dijo que también había en-tregado su vida a Jesús, porque, en sus propias palabras, “Jesús es más poderoso que mi brujería”.
Se le consulta al Evangelista sobre su reciente libro, Aplastarás Dragones y aquí su entusiasta respuesta sobre el mismo, entre otros conceptos:
En el libro Aplastarás dragones invierto una gran cantidad de tiempo en destapar los planes de Satanás en este mundo y aplicarlos a nuestras vidas como individuos. Es una revelación transformadora. La cosmovisión bíblica, una que muchos cristianos no entienden, revela que la humanidad ha recibido la comisión de ser los vigías de este mundo. Dios trabaja con nosotros para cumplir sus propósitos en la tierra y, de igual manera, el enemigo debe también trabajar mediante medios humanos. Esto significa que el diablo necesita la cooperación humana. Por esta razón, Satanás está interesado principalmente en influenciar el modo en que la gente piensa, y por lo tanto, vive. El apóstol Pablo habló a menudo de esto cuando escribe: “el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen” (2ª Corintios 4:4. NTV), y “por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7). —