¿Cuándo supo por primera vez que estaba llamado al ministerio?
Soy la quinta generación de hijos de pastor por parte de padre. Me crié en la iglesia y estuve inmerso en el mundo ministerial toda mi vida. Cuando era solo un muchacho de diecisiete años supe que un día sería misionero en África, al menos eso era lo que yo entendía. No tenía ni idea de cómo eso sucedería realmente y nunca soñé que tendría el privilegio de guiar literalmente a millones de personas a Cristo en todo el mundo, y especialmente en África, donde hemos visto más de 79 millones de decisiones por Cristo documentadas desde 1987.
¿Cómo ha ido esta transición, donde usted lidera Cristo paraTodas las Naciones?
Realmente, he estado liderando públicamente Cristo para Todas las Naciones por más de diez años, desde 2009.
La transición en nuestro ministerio ha sido un modelo de lo que creo que Dios quiere hacer en esta siguiente generación. Históricamente, la Iglesia Evan-gélica no ha manejado bien las transiciones. A menudo, grandes líderes construían ministerios mundiales, pero no entregaban la batuta y, cuando mueren, sus ministerios se vienen abajo. Dios le dio sabiduría al evangelista Bonnke para hacer las cosas de modo diferente.
Hace muchos años atrás, en lo más alto de su ministerio, él invirtió en mi vida y me llevó a su lado como un coevangelista. Ministramos juntos en África y en todo el mundo, y en 2009 él me entregó públicamente la batuta del liderazgo. Al inicio me preguntaba cómo podría funcionar una transición así. El evangelista Bonnke era una leyenda viva que había construido uno de los ministerios evangelísticos más fructíferos en la historia. Yo era muy joven y relativamente inexperto. En una entrevista en Sudáfrica, un reportero me preguntó: “¿Cómo tiene intención de llevar los zapatos de un hombre como Reinhard Bonnke?”. Sentí que el Espíritu Santo me dio la respuesta. Contesté: “No lo haré. Solamente planeo llevar mis propios zapatos”. Sabía que si llevaba puestos los zapatos que Dios me ha dado, en obediencia a su llamado habría gracia suficiente para mí, y esa ha sido la historia de esta transición.
La gracia de Dios nos ha cubierto en cada paso del camino. En las campañas, que es la parte más visible del ministerio, los resultados han sido abrumadores. Millones de salvaciones, incontables milagros, sanidades, señales y maravillas. Y así continúa. Ahora estamos entrando en lo que Dios me mostró que será una Década de doble cosecha en la que creo que en los próximos diez años veremos lo que tomó los últimos treinta años combinados, llevando el número de decisiones documentadas hasta más de 150 millones. ¡Lo mejor está aún por llegar!
¿Cuáles son algunas de las lecciones más importantes que aprendió de mentores en la fe sobre la guerra espiritual?
Una vez en la nación africana de Gabón llegaron brujos a una de nuestras campañas evangelísticas para maldecir al evangelista Bonnke. Querían hacer que lloviera para que no pudieran realizarse nuestras reuniones, pero no pudieron hacerlo. A la mañana siguiente cuando el evangelista Bonnke se despertó para orar, corrió las cortinas y vio una escena asombrosa. Los brujos, todos ellos completamente desnudos, habían estado marchando alrededor de su hotel durante la noche para intentar maldecirlo. Abrió la ventana y los llamó: “—Hola, lo siento por ustedes. ¡Trabajaron muy duro toda la noche y yo dormí muy bien!”. Creo que una de las lecciones más importantes que aprendí personalmente del evangelista Reinhard Bonnke es que nuestro enfoque debería estar en la grandeza de Dios y no en el poder del diablo. La guerra espiritual que está preocupada por lo que está haciendo el diablo, pronto se desvía y se aleja de lo bíblico. Smith Wigglesworth dijo una vez: “Si tenemos a un Dios grande, tendremos a un diablo pequeño; y si tenemos a un diablo grande, tendremos a un dios pequeño”.